AMBIENTE
Y SALUD
El
ambiente compensaba los efectos de los seres vivos hasta el siglo XIX.
Comenzado el siglo XX, el hombre alcanzó la capacidad de impactarlo
negativamente sin darle tiempo a su recuperación antes del próximo impacto[1]
A partir
de ahí se vislumbraron, como nunca antes, efectos deletéreos de la presencia
del hombre en el planeta que recibieron el nombre de antropogénicos, lo que
justifica que se denomine a las enfermedades que de ellos derivan como
“enfermedades de la civilización”
Recientemente este alerta impuso nuevamente la
consideración de los derechos de la naturaleza que Occidente había olvidado,
aunque siempre estuvieron presentes en las culturas aborígenes: en efecto, sin
esos derechos no sería posible sostener los derechos humanos ni siquiera a
título de existencia [2]
Se suele
distinguir entre contaminación y depredación ambiental, en tanto aquella
agrega algún elemento al ambiente y ésta le quita o destruye. Pero
frecuentemente se suceden necesariamente, como la tala del bosque
(depredación) y la producción de humo (contaminación), de manera que no le
encontramos un valor suficientemente práctico para esta presentación
Sería
reiterativo citar innumerables evidencias del cambio ambiental[3]. Incluso
innecesario, dada la nueva conciencia ecológica en el hombre, prácticamente
extendida a todo el mundo, aunque subsisten quienes resisten estas evidencias,
particularmente los sometidos a un mayúsculo conflicto de intereses en
razón de la explotación ambiental descontrolada que generan (por
citar ejemplos del exterior y del país: Dupont, con el agrandamiento del
agujero de ozono y el consecuente efecto invernadero que producen sus
aerosoles y refrigerantes conteniendo Cloro-Flúor-Carbono; Barrick Gold con el
sobreuso de agua y la contaminación con cianuro en sus explotaciones mineras a
cielo abierto[4] para la
lixiviación del oro y de la plata en Argentina)
Cuando se
habla de ambiente se incluyen “todos los aspectos relacionados con la salud que
son externos al cuerpo humano y sobre los cuales el individuo tiene muy poco o
ningún control”[5]. Esta
definición desconoce que este control es posible cuando los individuos se
asocian y actúan a través de organizaciones que en su máximo nivel se
constituyen en el Estado de un país y en las organizaciones internacionales que
los Estados conforman. Dicha definición también desconoce una visión más
comprensiva que incluye como componentes del ambiente a los factores sociales.
En esta línea y de una manera extrema, una definición restringida del ambiente
no tendrá en cuenta la seguridad de que el hombre está en condiciones de
modificar el ambiente, potenciando o debilitando al planeta en beneficio o
perjuicio de necesidades humanas, compensando o agravando las
diferenciales geográficas con enormes repercusiones político-económicas. Hasta
el punto de, por ejemplo, dificultar la separación de ciencia y ficción en cuanto
a la capacidad humana de evitar o aminorar cataclismos ambientales, o
provocarlos con fines bélicos
Una
clasificación menos elemental reconoce entonces, en el ambiente, dos
componentes, con sus respectivos ejemplos de riesgos para la salud[6]:
|
Componentes
|
Factores de riesgo
|
|
Naturales
|
Aire
Agua
Suelo
Alimentos
Clima
Ruido
Radiación
|
Físicos
|
Calor, frío
Radiación
Ruido
|
Químicos
|
Metales
Sustancias químicas
|
||
Biológicos
|
Microorganismos
Flora y fauna
|
||
Sociales
|
Trabajo
Transporte
Entretenimiento
Vivienda
Familia y comunidad
|
Sociopsicológicos
|
Cultura / hábitos
Relaciones interpersonales
Estructura social y política
Vivienda
Relaciones interpersonales
|
Por
cierto que tampoco así se cierra un acuerdo universal, desde que los factores
naturales son cada vez más influenciados por la sociedad, hasta el punto de que
la división entre ambos componentes se vuelve inextricable
Vayamos
específicamente a la contaminación. Hoy está globalizada: no obstante depender
fundamentalmente del modelo de desarrollo generado en el Norte (América del
Norte, Europa Occidental, Japón), sus efectos son mundiales. En el suelo, el
agua, el aire de cualquier lugar del mundo, resuena toda contaminación generada
en cualquier otro lugar del mundo. El hombre tomó poca cuenta de sus actos,
pero la computación impuso su poder de cálculo para mostrar la falta de cálculo
del hombre cuando se planteó las condiciones iniciales despreciando variables
que a la postre resultaron fundamentales. Así devino el efecto caos[7], tanto
para el capitalismo como para el llamado marxismo, coincidentes desde el
Iluminismo en sus promesas de progreso a partir de la explotación de la
naturaleza[8]
La
relación del ambiente con la salud es imposible de negar, pero en muchos casos
es difícil de probar. El cáncer es el efecto más usualmente investigado de un
riesgo ambiental en la salud humana. Además, ocupan lugares destacados las
malformaciones, los abortos y la esterilidad. Si bien han sido reconocidas
varias decenas de cancerígenos ambientales para el hombre, los casos aislados
de cáncer no pueden ser atribuidos indiscriminadamente, sin estudio previo, a
un factor específico ambiental por el hecho de que esté presente, aunque
tampoco puede excluirse su participación por el hecho de que no pueda probarse
o existan otros factores simultáneamente. Y por eso son innumerables las
investigaciones en curso para establecer la influencia de factores “externos”
en la salud humana. En realidad, la complejidad del tema hace que la
epidemiología moderna exija por lo menos estos pasos para atribuir un problema
de salud a un factor ambiental:
- diferencias
estadísticamente significativas entre lugares con y sin el contaminante
- diferencias
estadísticamente significativas entre distancias al riesgo
- diferencias
estadísticamente significativas entre antigüedades de exposición al riesgo
- estudio
epidemiológico para reconocer posibles causas implicadas en esas
diferencias
La
responsabilidad del Norte coloca al mundo en el difícil trance de elegir entre
3 opciones: 1) mantener las diferenciales actuales de riqueza, 2)
igualar hacia arriba el consumo, 3) marchar hacia la austeridad[9].
Evidentemente, la conflictiva inherente a la injusticia de la primera
opción y el cálculo de que en la segunda harían falta 7 planetas, muestra la
dimensión de las medidas que habría que tomar para alejarnos de una
autodestrucción global
Una
muestra del cambio de óptica puede verse en John Lovelock. En los 70 generó la
idea de un planeta que, como Gaia[10], absorbería orgánicamente
cualquier evolución de sus hijos. Hoy, en cambio, predice la
autodestrucción humana, con 500.000 sobrevivientes en el Ártico hacia el año
2050, siempre que se preparen para utilizar energía atómica doméstica a falta
de otra energía útil y disponible en ese momento
DERECHO
AMBIENTAL
Mientas
tanto, los Tratados Internacionales de Derechos Humanos recogen todos los
avances en derecho ambiental, pero las naciones más poderosas de la Tierra no
se incluyen entre sus signatarias cuando esos tratados afectan el armamentismo
o la economía. Las Constituciones y la realidad de los países reflejan estas
mismas contradicciones entre derechos declarados y ejercidos
No
obstante, la legislación es cada vez más terminante respecto del respeto por
los derechos ambientales del hombre
En nuestro país, el régimen ambiental está
contemplado en la Constitución Nacional.POR: Mario Borini, 20-7-13